¿Qué es?

Es un conjunto de trastornos caracterizados por artritis crónica, asociada a dolor, enrojecimiento, calor, tumefacción y limitación de la movilidad.

Esta enfermedad suele presentarse antes de los 16 años y puede comprometer una o más articulaciones. Es de etiología desconocida, es decir, no se conoce la causa o el origen.

Durante la niñez y la adolescencia el dolor musculoesquelético es un síntoma común: 10 a 20% de niños sanos en edad escolar refieren dolor recurrente en las extremidades.
El diagnóstico representa un reto, dado el amplio espectro de enfermedades que debe tenerse en cuenta, desde condiciones benignas y transitorias (más frecuentes); hasta enfermedades crónicas y discapacitantes, pasando por enfermedades neoplásicas (tumorales).
La omisión del diagnóstico puede tener consecuencias desastrosas.
La AIJ es la enfermedad reumática más frecuente de la infancia, afecta a ambos sexos y hasta 1 de cada 1,000 niños la padece. Es una condición que puede afectar diversos órganos y presentarse en brotes.
No es una enfermedad hereditaria, ya que no se transmite de padres a hijos en forma directa, pero existen factores genéticos, todavía no bien conocidos, que predisponen a la enfermedad.
Es multifactorial, es decir, presenta una combinación de predisposición genética y exposición ambiental, probablemente de tipo infeccioso. Es excepcional que dos niños de una misma familia tengan la enfermedad.

Factores causantes

La artritis juvenil normalmente es un trastorno autoinmunitario. Como regla general, el sistema inmunológico ayuda a combatir las bacterias y los virus; sin embargo, en este tipo de trastornos del sistema inmunológico ataca algunas de las células y tejidos sanos del organismo, sin conocerse hasta ahora la causa de esta reacción.

Signos y Síntomas

Los síntomas más frecuentes de la artritis juvenil son inflamación, dolor y rigidez de la articulación que no desaparecen con el tiempo. Por lo general afecta las rodillas, las manos y los pies, y es peor en la mañana o después de la siesta. Otras señales incluyen:

  • Cojera en la mañana a causa de rigidez en la rodilla
  • Renuencia a usar un brazo o una pierna
  • Fiebre persistente
  • Nivel reducido de actividad
  • Dificultad con actividades que requieren de movimientos finos
  • Inflamación de los ganglios linfáticos del cuello y de otras partes del cuerpo

La mayoría de los niños con artritis tienen períodos de tiempo durante los cuales los síntomas mejoran o desaparecen (remisión) y períodos durante los cuales los síntomas empeoran (crisis).

La artritis en los niños puede causar inflamación de los ojos y problemas de crecimiento, incluso puede provocar que los huesos y las articulaciones tengan un crecimiento disparejo.

¿Cómo se diagnostica la AIJ?

Puede ser difícil de diagnosticar debido a que algunos niños no expresan dolor en el inicio de la enfermedad y porque la hinchazón de la articulación no sea obvia.

Una cuidadosa historia clínica, examen físico, estudios complementarios y/o el seguimiento, permiten configurar el diagnóstico definitivo.

Impacto Artritis Idiopática Juvenil

Los niños con AIJ deben asistir a la escuela, participar en actividades extraescolares y familiares y llevar una vida lo más normal posible, por eso para fomentar una transición saludable a la adultez, es importante permitir a los adolescentes con esta enfermedad disfrutar de actividades independientes como tener un empleo de medio tiempo y aprender a conducir; además de tener un enfoque positivo y actividad física continua. La terapia física y ocupacional pueden aumentar el movimiento articular, reducir el dolor, mejorar la función y aumentar la fuerza y la resistencia.

Los terapeutas pueden construir entablillados para prevenir deformidades o la tensión permanente de las articulaciones, y trabajar con terapias escolares para abordar los problemas en la escuela.

En su comunidad o cerca de ella puede haber oportunidades para que el niño con AIJ interactúe con otros niños que padecen artritis.